domingo, 29 de abril de 2012

El arte surrealista de René Magritte


(surrealismo: 1. m. Movimiento literario y artístico, cuyo primer manifiesto fue realizado por André Breton en 1924, que intenta sobrepasar lo real impulsando con automatismo psíquico lo imaginario y lo irracional.)

La primera entrada he decidido dedicarla a la pintura de René Magritte (1868-1967), un pintor surrealista belga que pretendía cambiar la percepción preconcebida de la realidad con sus pinturas. Es ese el motivo de mi elección, el intentar mostrar una alternativa al mundo que nos rodea y que consideramos como lo real, una alternativa que quizás solamente el arte pueda mostrar.


  Las relaciones peligrosas (1936)

La pintura muestra a una mujer desnuda que tapa su cuerpo sosteniendo un espejo. El reflejo del espejo, lejos de ser lo que se encontraría en frente de la mujer, muestra a la misma mujer vista desde otro flanco. Una de los principales objetivos de la pintura de Magritte es el de desconcertar a aquel que observa sus pinturas. Esto nos hace contemplar la existencia de alternativas en donde todo semejaba establecido de manera permanente. Lo mismo ocurre en esta pintura, que es otro de los “trompe l'oeil” (engaño a los ojos) que tanto abundan en su obra. 






                                            

                                                                                                     La Violación (1934)

(violar. (Del lat. Violāre). 1. Infringir o quebrantar una ley, un tratado, un precepto, una promesa, etc. 2. Tener acceso carnal con alguien en contra de su voluntad o cuando se halla privado de sentido o discernimiento. 3. Profanar un lugar sagrado, ejecutando en él ciertos actos determinados por el derecho canónico. 4. Ajar o deslucir algo.)

Ninguna de las pinturas de Magritte deja (o no debería dejar) indiferente a nadie pero una de las probablemente más sorprendentes es “La Violación”. El título nos da una primera idea de la temática del cuadro. El rostro, formado por unos pechos que pretenden ser ojos, un ombligo que se convierte en la nariz y una boca transformada en órgano sexual, es una manera de plasmar sobre un lienzo la visión machista de la mujer, convirtiendola en un objeto de placer sin rostro y, por tanto, también sin personalidad.



El Modelo Rojo (1935)

Si simplemente hacemos una descripción de lo que vemos en el cuadro, probablemente no lleguemos en un primer instante a lo que Magritte quiso representar. Vemos unos pies que parecen fusionarse con unas botas, descansando sobre un suelo de tierra y en frente de una pared de madera. Si lo comenzamos a analizar con cuidado y teniendo en cuenta las palabras de Magritte: El problema de los zapatos muestra con que facilidad la falta de cuidado convierte las cosas más terribles en asuntos completamente inocuos. Gracias al Modelo Rojo nos damos cuenta de que envolver un pie humano en un zapato es, en realidad, una costumbre monstruosa”. Entonces podemos ver el cuadro desde otra perspectiva, dándonos cuenta de que la tierra y la madera nos trasladan a un ambiente rural, donde predomina la clase campesina, dedicada por completo a un trabajo duro y agotador. También el título guarda relación con esto, haciendo referencia a las ropas propias de los trabajadores.
Pero lo realmente importante es el significado que podemos darle al pie fusionado con los zapatos. El tema principal es, por tanto, la alienación, es decir, la supresión de la personalidad, que nos hace confundir el objeto con el cuerpo, la máquina con la persona.

                                                                                           Los Amantes (1928)

Sería bonito pensar que se trata en realidad de dos amantes, que llevan su amor en secreto, amantes que se esconden de la sociedad. Que se trata de una pintura que expresa que el amor es posible sin necesidad de utilizar los sentidos, sin verse, sen olerse... Realmente sería más gratificante. Pero los besos no siempre llevan consigo amor o deseo, y realmente a día de hoy, la mayor parte del ellos se dan por convención o por simple costumbre, sin sentir o sin pensar todo o que un beso puede conllevar. Un beso es una acción insignificante que en algunos casos deja de serlo para convertirse en un gesto realmente importante. En este caso, eso no ocurre: un beso de amor es el sabor de la persona besada, su olor y el contacto con sus labios. El trapo húmedo de Magritte destruye toda idea de beso, privando a los
 protagonistas de sensaciones.
El trapo húmedo que cubre las cabezas de los personajes no es casual. Magritte se inspiró en su madre, quien decidió suicidarse arrojándose al río Sambre. Cuando la encontraron, la camisa mojada le ocultaba el rostro. Esta experiencia en la vida del pintor, es otra de las pistas que nos hace interpretar el cuadro como algo negativo, fuera de todo el contexto romántico que creemos observar en un primer momento.
Magritte pintó otro cuadro en el que aparecen los mismos protagonistas y que lleva el mismo título. En este caso, no se besan, sino que miran al frente desde un paisaje exterior.

  


 Las afinidades electivas (1933)



Se nos muestra un huevo de grandes dimensiones, encerrado en una jaula que casi es de su mismo tamaño. El significado que podemos atribuirle a la pintura es múltiple. Los pájaros enjaulados representan la falta de libertad y este es un pájaro que todavía no ha salido del huevo. En mi opinión, Magritte quiso mostrarnos como algo que aún no ha nacido es ya esclavo del mundo. Al igual que los poetas románticos como William Blake hablaban de una opresión que existía desde que somos niños, aunque en ese momento no seamos conscientes de ello, Magritte pudo querer representar pictóricamente esa idea. El mundo nos hace esclavos desde un primer momento de lo que está establecido en la sociedad. La única manera que nos queda para librarnos de esta prisión es tomar conciencia de que somos prisioneros, romper el cascarón, abrir la jaula y alzar el vuelo.  




No hay comentarios:

Publicar un comentario